RECOMIENDO VER EL ÚLTIMO POST

DÍA 4

Conseguí dormir un poco y el hermano sol me despertó con sus dulces rayos matutinos. Pero mi cuerpo se negaba a obedecerme; parecía como si pesara el doble. Me quité las lagañas y me preparé para hacer las prácticas matutinas; me senté en el cojín y realicé las mismas que ayer. Aquel día parecía diferente, me descontaba más de lo normal. Mi mente se perdía en ensueños y me costaba hacerle seguir las respiraciones. Estaba seguro de que el cansancio corpóreo tenía algo que ver. Me cogió pasión de sueño y me metí otra vez en mi saco.
¡Qué bien dormí aquel ratito! Pero el cuerpo seguía como un ocho. Pensé: “Vamos a ponerle remedio; seguro que unas āsanas
(1) no le vendrán mal”. Despejé el lugar y, como si a cámara lenta me moviese, empecé a estirarme y bostezar. Me senté en el cojín y preparé la clase de Yoga visualizando cada postura. En cuanto tuve la clase clara, procedí intentando que la mente no se dispersara. Después de escribir un poco las experiencias, hice una relajación.
Por lo alto que estaba el sol, pensé que era hora de comer. Me senté en el cojín y empecé mi comida pránica
(2) . Aquel día, de menú tocaba Nadi Shodhana Pranayama (3) : 108 respiraciones alternas y 108 respiraciones completas. ¡Qué bien me sentía! 

La mayoría de personas solo entienden la nutrición como la práctica de comer alimentos físicos. Durante estos años de prácticas me he dado cuenta de que hay cuatro nutriciones principales: la nutrición física, la nutrición emocional, la nutrición mental y la nutrición espiritual. En aquellos veintiocho días de retiro estuve trabajando todas ellas y, si me permites, haré un poco de “maestrillo” y te las explicaré según mi entender, ya que forman parte de mi experiencia y pueden serte de utilidad.

La nutrición física: comer alimentos sanos y nutritivos es primordial, pero no muchos saben que la respiración consciente –y subrayo, consciente– es un alimento esencial para mejorar el funcionamiento de nuestras células. Si no sabemos respirar, aunque comamos bien, las células no se oxigenarán lo suficiente y rendirán menos. En consecuencia, nos sentiremos más abatidos y rendiremos menos. No solo de pan vive el hombre.

Conozco algunas personas que, aun teniendo en cuenta lo dicho anteriormente y practicando una buena alimentación tanto física como pránica, su estado anímico fluctúa mucho. Una de las razones es esta; no se nutren emocionalmente de forma correcta.
¿Cómo podemos alimentarnos emocionalmente? Hay que tener en cuenta que estamos rodeados por una multitud de personas y cosas. Saber escoger las personas con quien nos relacionamos nos ayudará a alimentarnos diariamente mejor y eso nos levantará más el ánimo.
Todos nos hemos percatado alguna vez de que con ciertas personas, cuando estamos a su lado, nos sentimos bien, y más aún, como si tuviésemos ganas de hacer cosas que solos ni las plantearíamos o nos costaría mucho. De la misma forma pasa al contrario. Hay compañías que nos deprimen hasta tal punto que nuestro sistema nervioso se altera fácilmente y nos hacen estar malhumorados.
Si eso pasa a menudo, tenemos tres soluciones. La primera consiste en 

 ........................................................................................................


Hay una fórmula matemática que no falla. Si tú te quieres la mitad y el otro se quiere la mitad, formáis una unidad. Si tú te quieres y el otro sólo se quiere la mitad, formáis una unidad y media, y si los dos os queréis, el resultado son dos unidades. Así con todos los baremos que quieras. Las matemáticas no fallan.

Hay una tercera posibilidad. A veces no es necesario abandonar nada, sino llegar a un acuerdo sobre un espacio vital donde podamos convivir con

 .....................................................................................................

La nutrición emocional correcta es la que, sin depender de las cosas o personas, nos ayuda a ser cada día más felices. Lo mismo pasa con la nutrición mental. Mayoritariamente no se es consciente de lo que leemos, vemos en televisión u oímos en los medios de comunicación y del impacto que eso supone para nuestro sistema nervioso. Saber escoger qué

 .........................................................................................................

¿Cómo sabemos que esos hábitos son saludables y nos conducirán a un estado de felicidad duradera? Si no los revisamos, podemos estar haciendo los mismos errores una y otra vez. Con quejarse de que la vida es injusta no desaparecerán. Esos hábitos erróneos son los que hacen que tu vida sea injusta. El remedio es sentarse cómodamente y coger un bolígrafo y un papel. Hay muchísima información al respecto en Internet y libros de autoayuda, pero lo más importante es que no sólo leas los ejercicios, sino que los hagas diariamente.
Seguro que muchos os preguntaréis: «¿Cómo lo hago para tener esa voluntad?». Muchas veces se empieza, pero hace falta voluntad para continuar. Es cierto, la voluntad no hay nada ni nadie que nos la pueda dar. La tenemos que desarrollar por nuestra propia cuenta, nadie (ni un maestro) nos la puede traspasar o vender.
¿Cómo aumentar nuestra voluntad? 

........................................................................................................

Nutrición espiritual. Esta sí que es la más extraña para la mayoría de personas, hablar de nutrición espiritual. En los casos anteriores, más o menos, las demostraciones eran algo palpable, demostrable; en este caso, la demostración de su existencia es muy personal. Si uno tiene fe o no, solo depende de él. En cambio, en los casos anteriores la ciencia lo tiene estudiado.
Vamos a poner un ejemplo de una persona que cumple con la alimentación física, la emocional y la mental. En su vida se siente feliz, es una persona sana y divertida que tiene infinidad de amigos, una familia… Pero, aun así, siente que le falta algo. Normalmente, este es un proceso común en todas las personas que recorren un camino en búsqueda de la felicidad duradera. Se empieza a cuidar el cuerpo físico con buenos alimentos y cosas naturales, se empiezan a dar cuenta de lo importante que son los sentimientos para mantener ese cuerpo en armonía y se nutren cada día más y mejor en este aspecto. Por el mismo razonamiento, cuidan su alimentación mental desarrollando cada día más su discernimiento y, como es inevitable, a mayor discernimiento, más y mejores auto-preguntas. El ser humano, en una etapa de su vida empieza a cuestionarse: «¿Qué es él?, ¿de dónde viene?, ¿qué o quién es Dios?». Es cierto que hay personas que por herencia familiar ya se cuestionan esas preguntas, pero con mayor discernimiento vuelven a replantearse todo aquello en lo que creían y le dan nueva forma. A la pregunta «¿quién soy yo?» surgen infinidad de respuestas y todas ellas son más o menos ciertas.
Hagamos un ejercicio. Mira tu mano: ¿eres tu mano o forma parte de ti? Observa dónde se localiza la respuesta. ¿Tienes la sensación de que se localiza en la mano o en la cabeza?
Ahora observa un sentimiento. Por ejemplo, uno de amor. ¿Eres tú ese sentimiento o forma parte de ti? Observa dónde se localiza la respuesta.
Ahora imagínate una mariposa de color azul. Si te es más cómodo, cierra los ojos. ¿Listo?
Si tú eres capaz de observar tu mano, no puede ser que solamente seas tu mano; si eres capaz de observar tus sentimientos, no puede ser que solo seas tus sentimientos, y si puedes observar y proyectar tus pensamientos, no puede ser que solo seas tus pensamientos. ¿Quién es el que está observando todo eso? ¿Quién es el observador y dónde se sitúa? Seguramente responderás «yo», pero si te pregunto si puedes describir ese observador, ese yo, ¿puedes? Recuerda que no sirve responder sobre el cuerpo, sentimientos o pensamientos porque ya hemos visto que, si somos capaces de observarlos, no podemos decir que ellos son el observador.
Pues en parte, a eso le llamo nutrición espiritual. Al ir profundizando en los secretos de la vida, ésta nos aportará mayor felicidad. No al instante, sino a la larga.
Hay infinitud de religiones. Cada una con sus características ricas en muchas cosas y pobres en otras. Utiliza el discernimiento para crear tus propias creencias. La fe mueve montañas, pero la fe ciega tropieza con todas ellas.

Vaya, todo esto ha surgido de una simple comida de prana. Después de estar bien nutrido me apeteció cantar unos Om; 108 para ser exactos. La música alimenta el alma y me puse a meditar…
 
He leído bastante sobre meditación y hay de todos los colores, pero aconsejaría al que empiece que se sienta cómodo: en el sofá, en una silla, en la cama… Ponte cómodo. Más adelante ya hablaremos de la espalda recta y todo lo demás; ahora centra la observación en la respiración. Pon las manos encima del abdomen, eso ayudará bastante. Cuando estés cansado, lo dejas. Al principio es como aprender algo nuevo, no te sale ni con sacacorchos –o sí, mejor para el que lo tenga fácil–, pero a la mayoría nos cuesta.
Los beneficios de la meditación están más que sabidos y comprobados, lo que pasa es que no nos los acabamos de creer. Por eso, nos cuesta tanto sentarnos y enfocar la observación en algo que no sea: soñar despiertos, pensamientos varios, problemas… Pero como decía antes, se desconoce la importancia que tiene sobre nuestro sistema inmunológico y nervioso, entre otros. Si así fuese, nadie se iría a dormir sin haber practicado veinte minutos de estar consigo mismo. Cuando la respiración se aquieta, la mente se aquieta también. Qué formidable descubrimiento hicieron nuestros antepasados; gracias por esta formidable herramienta.
Si estás estresado, respira más despacio. Si tienes depresión, respira profundamente… Es un buen remedio para aliviar casi todo. Por no decir todo. Eso dependerá de la práctica que tengas. 
Me fui a meditar un ratito, no sin antes contar 1200 inspiraciones con sus 1200 exhalaciones, y si me perdía iba a la que recordaba más alta. Era curioso ver que cuanto más practicaba, más difícil se me hacía notar la respiración. A veces, si no hubiera sido por el abdomen que se movía ligeramente, habría dicho que no respiraba. Es una de las prácticas que más me gustan. Unir la concentración, la quietud de pensamientos, con la paz de la respiración. Fue formidable. A continuación, me fui a la cama.
 
[1] En el ámbito del yoga se denomina āsana a distintas ‘posturas’ que tienen como objetivo actuar sobre el cuerpo y la mente.
[2] Prana es una palabra en sánscrito que hace referencia a ‘lo vital’, y puede traducirse como ‘principio vital o aliento de vida’.
[3] El Nadi Shodhana Pranayama consiste en respirar de forma alternada por cada fosa nasal.


Cada día un avance de los capítulos, para que os hagáis una idea...  Podéis seguir este blog en

SEGUIR BLOG  o por  FACEBOOK

Besos





Comentarios

Entradas populares de este blog

Carros de Foc 2018

LIMPIEZA INTESTINAL CON AGUA Y SAL

Bangalore - India - diás 22-23-24 - harto de ciudades jeje