Este
diario pretende ser un instrumento, un soporte más en la búsqueda de tu voz
interior, cómo yo la he encontrado. Aquí cuento mi experiencia de ayunar y
meditar durante veintiocho días. También narro relatos de mi vida espiritual
que han ido surgiendo al intentar explicar todo el proceso por el que he pasado
hasta llegar a este momento.
En
este libro también he incluido prácticas de Hatha Yoga, concentración y
meditación, la limpieza intestinal y muchas más sorpresas que irás encontrando
por el camino.
Los
relatos aquí contados son todos ciertos, pero también puedes leerlos como
fábulas. Tú eliges.
No
te fijes en el mensajero, sino en el mensaje. Me explico: en estos relatos no
quiero dar a conocer a la persona, sino las prácticas que me han llevado al
autoconocimiento y al desapego.
Debo decir que el ayuno que aquí explico no es total. Hay personas que consideran
un ayuno cuando se está sin comer ni beber, otras que lo consideran sólo cuando
se bebe agua y otras, cuando no se ingiere ningún tipo de alimento sólido,
aceptando los zumos como parte del ayuno. El que aquí relato lo he intentado
hacer con sólo agua, pero he tenido que desistir de ello y, al final, lo he
hecho con un litro de zumo de manzana mezclado con un litro de agua de lluvia.
Personalmente, la dificultad que he encontrado en los primeros días es la falta
de glucosa, por lo que he tenido que aceptarlo...
Pero
lo cortés no quita lo valiente. Te animo a que pruebes por ti mismo un ayuno
largo para poder ver los resultados tan fantásticos que aporta al cuerpo y a la
mente.
Todo lo escrito
en este diario no pretende ser una verdad absoluta ni incluso, si lo prefieres,
una verdad.
Léelo
como una verdad personal del autor que quiere compartir su visión de la
realidad y experiencias de su vida. Huyendo de los totalitarismos, he revisado
el texto varias veces; así que si encuentras que
en algún párrafo o línea hablo de la verdad absoluta, házmelo saber, que será
lo primero que corregiré. Por favor, recuerda que es una experiencia personal y
que cada persona tiene que encontrar su propio camino.
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